La respiración como base del placer tántrico

¿Te has parado a pensar que cuando estamos irritados o cabreados los ritmos respiratorios son poco pausados y muy intensos? Se debe a que no estamos ejerciendo el control energético y la respiración se adueña de nuestras malas vibraciones. Para disfrutar del tantra es necesaria la armonía entre la inspiración y expiración.

Aprender a respirar es fundamental para desempeñar nuestras actividades diarias y también para la relajación. Porque si no se realiza con corrección, o hay algún problema que lo impide como la desviación del tabique nasal, se resiente en el descanso.

En la respiración se distinguen cuatro fases a tener en cuenta. En primer lugar la inspiración; cuando el aire entra desde la nariz a los pulmones; luego viene la de retención, cuando el aire se mantiene unos segundos; en tercer lugar la expiración, que consiste en expirar el aire que previamente hemos inspirado y retenido; y por último el descanso, en la que el aparato respiratorio descansa unos segundos antes del inicio del ciclo.

La respiración es la base del tantra. Es la forma en que controlamos nuestra energía. Un buen consejo para disfrutar más intensamente de los masajes tántricos es realizar la respiración desde el fondo del estómago.

Del mismo modo, las relaciones sexuales son más satisfactorias si se consigue dominar el ritmo respiratorio. Al poder controlar la respiración somos capaces de oír a nuestro cuerpo, de escuchar y sentir cada caricia, cada beso. También podremos variar el ritmo si nuestra pretensión es sentir más placer sexual.

La relajación dependerá de realizar correctamente un ritmo respiratorio en que se sincronicen la inspiración y la expiración. Lo recomendable es la respiración tranquila, luego sostener de forma prudente y exhalar lentamente. Es una situación de calma total con los músculos del cuerpo en perfecto estado de armonía y relax. Si seguimos estos pasos el disfrute del masaje tántrico será más placentero. A medida que el masaje adquiera más carga erótica las respiraciones se intensifican, aunque hay que recordar que deben seguir siendo relajadas.

Si eres consciente de que la respiración no es tu fuerte, una buena forma de incrementar la capacidad pulmonar es el yoga. Los ejercicios de yoga se basan en la correcta concentración. Para ello deben adquirirse buenos hábitos respiratorios y luego incorporarlos a nuestra vida diaria. También hacer ejercicio, no fumar y tener una dieta adecuada ayuda a mejorar nuestra respiración.

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